Pastor Víctor Schlenker

Soy Victor Norman Schlenker, nací en Jacinto Arauz, La Pampa.
Crecí en General San Martín, La Pampa, y la Congregación San Pablo fue mi familia espiritual. 

Me gradué el 30 de octubre de 1988.
Hice mi práctica Pastoral (Vicariato) en El Soberbio y Andresito, Misiones; serví como Pastor en Villaguay, Entre Ríos; José León Suárez, Buenos Aires y actualmente en Presidencia Roque Sáenz Peña, Chaco. Además serví como Pastor Capellán en el Colegio Luterano Concordia de Valparaíso, Chile y Representante Legal y Capellán del Instituto Concordia de José León Suárez. 

Ocupé cargos en el Departamento de Educación de la IELA; Consejero de Circuito Centro, en Buenos Aires; varias veces Presidente y Consejero del Distrito Noroeste; 1º Vicepresidente de la IELA y Presidente del CEMC. Estoy casado con Inés Susana Weigandt; tenemos cuatro hijos (tres de ellos recibiendo Educación Universitaria y uno recibiendo la Educación Primaria). 

He realizado cursos de Capacitación Pastoral y en otros organismos en la medida de mis posibilidades económicas. 


Propuestas para la presidencia de la IELA 

“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” 

Hechos 2:42. 

IELA querida: no pensaba tener que hacer estas líneas con una propuesta de trabajo para la posible presidencia de la Iglesia. No pensaba, porque es un cargo al que no aspiro como una ambición personal. Si estoy haciendo esto, es para honrar a quienes me nominaron y a quienes quizás voten por mí. Le pido a Dios que me dé siempre el espíritu de servicio en el lugar que me coloque en su cuerpo, y si llegara a ser electo para la presidencia, pido una doble porción de ese espíritu. 

El versículo de Hechos mencionado, expresa la vivencia sana de una congregación cristiana. A una vivencia sana y genuina de la fe cristiana y confesional luterana le pondré toda mi dedicación para orientar a las congregaciones de la IELA desde el rol de pastor de pastores. Necesitamos tener una visión misionera en el contexto del siglo XXI, siendo el Plan Nacional de trabajo factor importantísimo para unirnos en la reflexión sobre cuál deber ser y para dar la “voz profética” en nuestro contexto. 

Daré énfasis a la visitación pastoral de Parroquias, Pastores, Congregaciones e instituciones de la IELA a través de un programa de visitación, no sólo en las festividades congregacionales y parroquiales, a las que también asistiré en la medida que lo permita la agenda. 

Es necesaria la animación, contención y prevención, por lo que daré especial relevancia al rol del Consejero Circuital o Distrital para hacer una tarea pastoral conjunta. Entiendo que si hay un trabajo serio, profundo y continuado desde el aspecto pastoral a Parroquias, Pastores y Congregaciones se fortalece la vida espiritual del individuo, familia y congregación, redundando en el bienestar de la comunidad donde están insertos. 

La estructuración de la Iglesia debe ser dinámica, estando la estructura al servicio de la Iglesia y no viceversa; por lo que buscaré que se den los espacios necesarios de reflexión para ello, sin que lo urgente tape lo importante. Buscaré una mayor integración con las Iglesias hermanas del cono Sur, con el fin de crecer juntos, intercambiar visiones, experiencias, proyectos, recursos humanos y formación teológica. Con el mismo fin, fortaleceremos nuestra integración al Concilio Luterano Internacional. 

Los brazos auxiliares: Damas, Caballeros y Jóvenes serán animados a continuar con todos sus esfuerzos direccionados hacia la misión que Jesús nos encargó. Alentaré un sano debate sobre los encuentros nacionales y su actual formato de realización en propuesta espiritual, costos, etc., para optimizar recursos y motivar la participación para crecimiento espiritual. Bregaré para que el trabajo con los jóvenes sea prioridad y se estructure de manera dinámica. Aprecio la figura de un Capellán Nacional, formato de orientación y organización juvenil reflexionado hasta ahora por un grupo de pastores y miembros de congregaciones, entiendo que es una buena base para el trabajo juvenil. 

Educación: El Programa Unidad Educativa 2 será la base para el trabajo con las escuelas de la IELA y motivaré a las Parroquias y/o Congregaciones de la IELA para la apertura de más escuelas luteranas. 

Abriré nuevamente la reflexión sobre Educación Terciaria y/o Universitaria de la IELA para evaluar si es posible su implementación en estos tiempos. Hace unos años atrás tuvimos esta reflexión y se concluyó que por el momento no era conveniente abrirnos a este nivel; los tiempos cambiaron y entiendo que nos debemos la reflexión. 

Apoyaré al Seminario Concordia como la escuela formadora de nuestros líderes espirituales tanto en Pastores para las Congregaciones, Capellanes para las Escuelas y otras instituciones. 

También bregaré para que el Seminario Concordia brinde capacitación teológica a los miembros de las congregaciones a través de programas adecuados. La Iglesia tuvo muchos buenos frutos por la labor constante del Seminario en brindar educación teológica a través de diversos programas; tenemos que profundizar este aspecto y entiendo que tenemos que buscar un especialista (persona o grupo) en educación a distancia para adultos para optimizar la educación teológica por extensión porque, según mi visión, se nos ha hecho muy difícil sacarnos el modelo de educación teológica por residencia y sin darnos cuenta lo imprimimos en varias de las opciones brindadas y eso contribuyó a que la persona interesada en capacitarse no pudiera seguir el programa iniciado. 

La IELA necesita paz, unidad y visión. Sólo la verdad y la contrición ante el Señor nos llevará a un camino de paz y alegría en el servicio como un cuerpo. Lo sucedido en los últimos años, desde mi visión fue producto de una acción fraudulenta de parte de algunas personas que dieron un giro teológico, no informado a las autoridades eclesiásticas, pero si impreso en la enseñanza que se empezó a dar en el Seminario Concordia. Eso fue advertido por las autoridades del momento, pero ante la consulta sobre qué estaba pasando en la educación teológica, la respuesta que se recibió: “En el Seminario no se enseña eso”. En el mejor espíritu de trabajo, se llevaron adelante acciones que se entendía iban a corregir lo que estaba sucediendo, evidentemente no fue así. Pido a Dios contrición, humildad y sabiduría del Espíritu para que podamos conducir a la iglesia en su visión y voluntad. 

Voy a abrir instancias de reflexión dentro de la IELA para asociarnos, a nivel nacional, con algún organismo que nos permita expresar nuestras convicciones ante las diferentes leyes que se van adoptando en el país y que van contra de la Palabra de Dios. 

¡Siervo del Señor soy, Sólo a Él sea la Gloria!