Las tinieblas de este siglo están produciendo alimañas muy peligrosas.
Esta cuestión de las ideologías, en especial, la de género, está adquiriendo una fuerza increíble, y a mi criterio, muy dañina para la sociedad. Se está queriendo, una vez más, cambiarle la etiqueta al viejo frasco de veneno, intentando justificar la muerte de algunos en pro de la vida de otros. No tiene lógica ni explicación racional, ni ninguna otra. Es un arrebato de lo más bajo de los instintos que emerge de pronto e intenta imponerse, a cualquier costo, como verdad. ¿Quién lo promueve y lo financia? ¿No es acaso el feminismo radicalizado alguna otra cosa que “un machismo al revés”, y tan perverso y detestable como éste?
¿En qué cabeza más o menos equilibrada, caben la satisfacción, y el aplauso, por“matar al gran macho”, como se escuchó de aquel grupito de mujeres disfrazadas,cuando protestaba públicamente contra el fallo que condenó a prisión perpetua a una asesina de 19 años, que mató a un varón en Gualeguaychú? ¿Alguien las procesará por apología del delito? ¿O matar es bueno cuando satisface a ciertos instintos oscuros, y es malo cuando no lo hace?
Las tinieblas de este siglo están produciendo alimañas muy peligrosas. El pueblo de Dios no puede ignorarlo, ni mucho menos, apañarlo, o aún apoyar este proceso de destrucción y de muerte. Estamos y estaremos siempre por la vida en todas sus etapas. Y es nuestro deber defenderla y promoverla.
Es necesario pedir a Dios nos conceda la valentía para mantener la luz encendida, y puesta en alto, para denunciar desde la Palabra de Dios y una forma piadosa de vivir, que la voluntad de Dios propone un camino diferente, y muchísimo mejor.
Carlos Nagel.
Pastor Presidente de la IELA.