Adviento

El adviento es tiempo de preparación y espera para la venida de Cristo. La misma palabra “adviento” proviene del latín “venida”. Pero esperar en nuestros días pareciera ser una locura, queremos que todo sea rápido e instantáneo. Cualquier demora que demande paciencia suele asociarse a la ineficacia.

Los tiempos de Dios son totalmente diferentes a los nuestros. Para Él mil años son como un día (Sal. 90:4). Sus tiempos no son los nuestros, por lo que en muchas ocasiones es necesario esperar en el Señor. La esperanza está ligada a una promesa y la confianza de que esta será cumplida. Por eso, tanto la esperanza como la preparación, son cuestiones importantes no solamente en el adviento sino también en la vida cristiana en general. 

En adviento recordamos la venida del Señor  en un pesebre de Belén en humildad. Preparemos nuestro corazón para recibir constantemente al Salvador con todos sus dones. Pero en esta época recordamos también la promesa de la segunda venida, que no será en humildad, sino que en plena gloria, como lo profetiza el apóstol Pedro: 

Pero el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Ese día los cielos desaparecerán en medio de un gran estruendo, y los elementos arderán y serán reducidos a cenizas, y la tierra y todo lo que en ella se ha hecho será quemado.Puesto que todo será deshecho, ustedes deben vivir una vida santa y dedicada a Dios, y esperar con ansias la venida del día de Dios. Ese día los cielos serán deshechos por el fuego, y los elementos se fundirán por el calor de las llamas. Pero, según sus promesas, nosotros esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, donde reinará la justicia. (2º Pe. 3:10-13)

Que no nos sorprenda la venida de nuestro Señor, sino que nuestros corazones esperen la promesa de un cielo y tierra nuevos, en donde viviremos bajo el amparo del buen pastor que pastoreará personalmente a cada una de sus ovejas. 

Pastor Silvio Donat.