El paso del tiempo y las guerras hicieron que muchos elementos valiosos de la época de Lutero se perdieran. Tuve la ocasión de estar en Wittenberg y en Torgau, Alemania, a principios de este mes.
En Wittenberg visitamos la casa donde Lutero y su familia vivieron; la iglesia Santa María donde Lutero habitualmente predicaba (un edificio impresionante), vimos el púlpito que él usó y que en la actualidad se exhibe en la casa; la iglesia del castillo (otro edificio impresionante) en cuya puerta lateral Lutero clavó las tesis aquel 31 de octubre de 1517. Aquel castillo era una de las residencias de Federico “el sabio”, el protector de Lutero. Su residencia principal se encontraba en Torgau, donde tenía su castillo principal, toda una fortaleza.
En la iglesia del castillo en Wittenberg se encuentra sepultado Lutero, entre el púlpito y el altar, a pocos metros de la tumba de Melanchton. El hecho de estar frente a la tumba de Lutero, a dos metros de sus restos (la profundidad en la que está enterrado), no me causó tanta impresión como estar al lado de la mesa de su cuarto de estar, alrededor de la cual se dieron las conocidas “charlas de sobremesa”. Es uno de los pocos elementos originales de la casa. No es una mesa muy grande, pero la sala tiene asientos para unas 20 personas por lo menos. Van dos ejemplos de estos dichos, de los tantos que quedaron registrados: “No hay un solo hombre en el mundo que pueda y sepa distinguir debidamente entre ley y evangelio. Cuando oímos predicar al respecto nos imaginamos que lo sabemos, pero nos falta mucho; sólo el Espíritu Santo posee esta habilidad. Por poco he pensado que yo también la poseía, por haber escrito mucho y durante largo tiempo sobre este asunto; pero créanme que cuando se trata de acertar, veo que me falta mucho todavía. Por lo tanto, solo Dios, el Espíritu Santo, debe y puede ser el guía y maestro”. “A los pájaros les falta fe; porque ellos no creen que de todo corazón les permito vivir en mi huerto; del mismo modo no creemos que Dios tiene las mejores intenciones para con nosotros”.
El hombre ya pasó, como todo lo terrenal, pero su palabra y su enseñanza permanecen con nosotros porque son palabra de Dios.
¡Bendecida celebración de la Reforma!
Arturo E. Truenow, pastor presidente
Publicado en Gacetilla N155 – Octubre 2023