Cada 31 de octubre recordamos que la Palabra de Dios, y solamente ella, fue capaz de poner muchas cosas en orden, que el pecado humano, y la misma iglesia, habían desacomodado y corrompido. Este año será el aniversario 501 de una reforma profunda, amplia y transformadora del mundo cristiano occidental, por el poder de la Palabra de Dios.
En este tiempo se hace necesario, como en aquellos días, que los cristianos, en especial, los luteranos, nos juguemos por las verdades de las Escrituras, y testifiquemos nuestra fe contra viento y marea.
De Roma nos fuimos hace cinco siglos, por causa de la corrupción espiritual y moral, con sus abusos de toda clase, y su abandono de la Palabra de Dios. No estamos dispuestos a volver allá, ni a parecernos siquiera a aquellas formas cargadas de idolatría. La Palabra nos ha liberado, y queremos permanecer y servir en esta libertad.
En estos tiempos un nuevo dragón de las tinieblas anda queriendo minar los cimientos mismos de la familia, de la sociedad, del estado y de la iglesia. Se trata de la así llamada “Ideología de género”. Estamos nuevamente llamados a esgrimir las verdades de la Escritura contra esta aberración, y con el valor de los hombres de la Reforma, plantarnos ante quien fuere necesario, como personas en las que resuenan aquellos ecos, inspirados en el celo por la Palabra, y por la Palabra sola.
Carlos Nagel – Presidente de IELA.