Cada cambio y renovación de año nos invitan a realizar balances y presupuestos más allá de que estas palabras que suelen ser muy del ámbito financiero o económico. Y porque “cierra” el año, probablemente nos adecuamos a ello: a realizar una mirada retro y prospectiva al mismo tiempo. En general planificamos y presupuestamos antes de realizar un balance, al menos en la mayoría de las organizaciones y empresas, pero también en nuestras congregaciones, en nuestros colegios y probablemente en nuestras propias vidas y familias.
Este año 2018 (y seguramente el nuevo 2019 también lo hará) nos desafió a rever periódicamente nuestro presupuesto, sea porque nos modificaron lo que suponíamos, o porque lo hicimos nosotros mismos.
¿Quién -sino Dios- hubiese arriesgado a pensar y ver situaciones ante las cuales tuvimos que estudiar y seguramente fijar postura? Como ciudadanos en lo legislativo, judicial, económico; ¡pero también lo que concierne a nuestra certeza como cristianos frente a estas realidades!
Hemos sido invitados y también desafiados a revisar y fortalecer nuestro “Creo en Dios Padre todopoderoso …. (Credo apostólico)” y lo que ello implica, a profundizar en conceptos de La Palabra (La Biblia) que siempre dimos por sobreentendidos, a basarnos en la misma para que ella hable y nosotros seamos mensajeros –en el mejor de los casos-.
Y así comenzaremos este nuevo año: llenos de expectativas, de novedades, de compromisos, de necesidades de recibir y ofrecer concordia, de proponernos a ser oidores y practicantes de la voluntad de Dios (San Lucas 11:28); de realidades que se irán modificando en el transcurrir del año y en cuanto a esto Dios también tiene una sabia sugerencia: “Examinadlo todo, retened lo bueno”. (1º Tesalonicenses 5:21).
Sea Dios quien nos sostenga también en la fe para que nuestros parámetros de “lo bueno” sean a partir de La Palabra y en nuestro contexto!
Desafiante año 2019 para todos, Dios nos bendiga!
Pastor Rodolfo Sexauer – 1º Vicepresidente de la Iglesia Evangélica Luterana Argentina.