Por eso, vuélvanse ya al Señor de todo corazón, y con ayuno, lágrimas y lamentos. —Palabra del Señor. Desgárrense el corazón, no los vestidos, y vuélvanse al Señor su Dios, porque él es misericordioso y clemente, lento para la ira y grande en misericordia, y le pesa castigar. Tal vez el Señor su Dios cambie de parecer y deje bendiciones tras de sí… (Joel 2:12-14).El llamado “miércoles de ceniza” deriva de la costumbre medieval de los penitentes de llegar a la iglesia ese día con vestimenta de cilicio, con los pies descalzos y arrojándose ceniza sobre sus cabezas cuando finalizaban sus oraciones. Estas cenizas eran de las palmas bendecidas el domingo de Ramos del año anterior.
Con el Miércoles de Ceniza comienza la época de cuaresma, que termina el Sábado Santo (se excluyen los domingos, que son días festivos).
El rito de la imposición de las cenizas en la frente de los fieles data del siglo XI.
En el momento de la Reforma, algunos cristianos querían eliminar la cuaresma ya que la Escritura no la ordenaba. Lutero instó a que se la mantenga, porque vio la cuaresma como una oportunidad para el fortalecimiento de la fe. “La cuaresma, el Domingo de Ramos y la Semana Santa se mantendrá, no para obligar a nadie a ayunar, sino para preservar la historia de la pasión y los Evangelios designados para este tiempo” (LW 53:90).