Propuesta de Trabajo
La obra es de Dios, de él es la iglesia. Nosotros somos mayordomos. Según los dones que Dios me ha dado, de ser electo me atendré a presidir a la iglesia y a dirigirla, esto último en conjunto con los integrantes de la comisión directiva.
Entre otras cosas, procuraré estar enfocado en lo siguiente (lo que no excluye el cuidado de aquellas cosas en las que la iglesia y las autoridades vienen trabajando y que aquí no menciono):
- Mantener contacto fluido con las parroquias y sus pastores mediante la visitación. Participar de sus cultos y escuchar la predicación. Mantener charlas con los pastores y sus familias (cuidado pastoral), con las comisiones directivas y/o grupos de trabajo. Alentar y encauzar los proyectos de expansión y sobrellevar y buscar solución a los problemas y limitaciones que haya en cada lugar. Cuando sea posible y necesario, acompañar a los consejeros y presidentes de distrito en estas visitas. En definitiva, servir a las congregaciones y pastores desde la presidencia y autoridades.
- Procurar una sana tensión entre el ministerio pastoral y el sacerdocio de todos los creyentes. Que cada uno esté abocado a la tarea que Cristo le confió para que lo fundamental, el evangelio, esté siempre visible y muchos se salven. Como siervos de Dios hemos de unirnos a Cristo en la misión que él lleva adelante.
- Continuar con el desarrollo del Concilio de la iglesia hasta finalizar con un entendimiento y unidad en las posturas doctrinales, y el restablecimiento de la confianza entre quienes sea necesario.
- Velar por y apoyar la tarea del Seminario. Mantener una continua promoción de todos sus planes de estudio y buscar/alentar a candidatos para el ministerio pastoral. Fomentar el apoyo económico de esta institución fundamental de la iglesia para que podamos vernos beneficiados con pastores, capellanes, diáconos y diaconisas.
- Apoyar el trabajo de todos aquellos que están en las áreas administrativas de la iglesia y hacer todo lo posible para facilitarles la tarea.
- Analizar en cada distrito y a nivel nacional la expansión de la iglesia: asistir a las familias de la iglesia que estén en localidades donde no tenemos congregaciones establecidas.
- Como iglesia, dirigirnos con el evangelio de nuestro Señor Jesucristo (el tesoro que tenemos) a los quebrantados, a los necesitados de misericordia, enfocándonos en el mundo ajeno a Dios que nos rodea. Confiar en el poder redentor del evangelio, viviendo de él y proclamándolo de distintas maneras.
- Hoy en día la gente no busca la iglesia y no la tiene como referencia importante. El servicio que Cristo nos brinda en nuestros templos, también quiere brindarlo mediante sus bautizados a la gente que nos rodea (Hch 8.4).
- Seguir valorando el campo misional que tenemos en las escuelas, profundizando la enseñanza del evangelio en ellas y la tarea pastoral de los capellanes.
- Participar de los eventos establecidos que hacen a la vida de la iglesia: conferencias pastorales, asambleas de distrito, encuentros nacionales de los brazos auxiliares y otros a los que el presidente sea invitado. Aprovechar estas instancias para la promoción e instrumentación del nuevo plan nacional de la iglesia.
- Fortalecer el trabajo local de los grupos (niños, jóvenes, damas, caballeros y otros), para que los logros a nivel nacional surjan con fuerza y naturalidad.
- Trabajar el aspecto educativo en las parroquias tomando como punto de partida el Catecismo menor de Lutero. Que por un lado sea una herramienta de instrucción sencilla en el hogar y, por el otro, que le dé estructura a la educación bíblica en la congregación recurriendo a distintos formatos según la edad: clases, estudios bíblicos en el templo y casas de familia y herramientas para reuniones de las distintas ligas. Reunir y compartir estos materiales para que estén disponibles en todo momento y alentar el estudio de materiales teológicos en las congregaciones.
- Evaluar como iglesia distintas maneras de enfrentar los desafíos de los tiempos actuales. Nuestra postura doctrinal y práctica frente a las distintas filosofías y conductas desviadas de estos tiempos necesita ser escuchada por la sociedad, para que, al menos en parte, sea refrenada y reorientada. Manteniendo mucho hermetismo, no serviremos demasiado para este propósito. Aunque no compartamos muchas cosas con otras iglesias, tenemos que ver en qué asociación de iglesias podemos hacer nuestro aporte y, a la vez, que ella nos sirva de canal para llegar a la sociedad.
- Aprovechar las instancias de participación en las reuniones internacionales de nuestra iglesia, manteniendo especialmente la cooperación con las iglesias de la región.
Arturo E. Truenow, pastor en Villa Ballester, Buenos Aires.